viernes, 21 de noviembre de 2008

Notas sobre la globalización (1)


Hay dos cosas que tengo muy claras: la primera es que otro mundo es posible. La segunda es que la construcción de ese otro mundo pasa por continuar desarrollando el proceso de globalización. Una globalización mucho menos imperfecta e injusta que la actual, por supuesto. Pero todo lo que hagamos entre todos va ser mejor que lo hagamos de pocos en pocos. Los más críticos con la globalización olvidan con frecuencia que el planeta siempre ha distado mucho de ser un paraíso. Y que es necesario que el conocimiento que se genere en una esquina del mundo se contagie por todo el planeta como una epidemia de palabras. La opción contraria supone continuar hablando de brechas. Los que vivimos en países en desarrollo, sabemos lo importante que es esto. Y hemos aprendido que la mirada que el Norte se gasta hacia el Sur, llegue desde la derecha o desde la izquierda, está preñada de una insoportable mezcla de paternalismo, lirismo, costumbrismo y desconocimiento.

Acabo de recibir en mi correo electrónico noticias de un nuevo estudio de Nielsen. Anuncian que ya está a disposición del público el informe Ética empresarial y comercio justo -en inglés-. La investigación, de carácter global, indaga en las percepciones de los consumidores sobre la responsabilidad de las empresas y sobre la necesidad de que se impliquen en el desarrollo.

Quien así lo quiera puede bajarse el informe y extraer sus propias conclusiones. Yo vuelvo al tema con el que comencé este post: la globalización. Recibo el correo de Nielsen y celebro que hoy existen informes sobre las percepciones de los consumidores a nivel global que sirven como herramienta para adelantar debates sobre cómo es el mundo de ahora y cómo es el mundo en el que queremos vivir. Celebro que, gracias a las TICs, esos informes pueden llegar a cualquier parte del mundo. Esa ya es, por sí misma, una buena noticia. Y todas las demás buenas noticias seguirán llegando despacio y rodeadas de otras que den cuenta de fenómenos desastrosos. Porque cuando hablamos de modelos de organización y desarrollo social nos referimos a abstracciones consensuadas entre los seres humanos. Y buscar el consenso entre los diferentes grupos sociales de cinco continentes no es algo que se pueda hacer de la mañana a la noche. Ni que resulte sencillo. Por eso hay que estar siempre atento. Para vigilar, para entender y para compartir.

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