miércoles, 28 de abril de 2010

Mundo Facebook -un post largo-

Es la nueva plaza pública, el sitio en el que están todos. O casi todos.

Facebook podría llegar a suponer a la Era de la Información lo mismo que la prensa escrita supuso a la Era Industrial. Los periódicos sirvieron para generar el discurso de lo común cuando el único modelo de comunicación posible era el one-to-many: unos pocos redistribuían la información para todos los demás; en esas condiciones tecnológicas, el único soporte posible; en esas condiciones sociales, una herramienta indispensable: junto a los sistemas educativos, la radio, la televisión, y la industria del entretenimiento, redifundieron la cultura y las normas, construyeron los mitos fundacionales de la sociedad industrial, dieron lugar a la publicidad de masas…

Y mucho tiempo después llegó Internet. Tim Berners Lee, una de las personas que resultaron claves para el desarrollo de la Red, dijo en 1995: “Yo tenía (y todavía tengo) el sueño de que la web pudiese ser menos un canal de televisión y más un mar interactivo de conocimiento compartido”.

El tiempo se alineó con los sueños de Berners Lee. Internet sirvió para democratizar definitivamente el acceso a la información. A la edición y al consumo. Desaparecían los intermediarios. Las personas pudieron comenzar a interesarse por lo que sucedía a otra personas. El de interés general. La gente comenzó a construir conocimiento de manera colaborativa. También a construir opiniones, a buscar afinidades. E incluso cambió el concepto de intimidad, y muchos cambiamos el enfoque de nuestra agenda informativa diaria. Antes nos acercábamos cada mañana a la prensa, la radio o la televisión para no perdernos lo último de la guerra del momento, del debate político, del penúltimo partido del siglo. Ahora también. Pero además nos gusta ver la foto de la vecina del quinto b en sus vacaciones en las antípodas.

Con Internet llegó el many-to-many. Y como ya estábamos en la época del many-to-many, sólo se trataba de poner la plaza, de generar el lugar de encuentro: y entonces llegó Facebook. La gente iría llegando, poblando con contenidos el sitio, generando usos y costumbres... Desarrollando su cultura.

Apenas cuatro años después del inicio de operaciones de Facebook, todos sus indicadores parecen sacados del catálogo de los hechos espectaculares. Hoy mismo se supo que la histórica marca de pantalones Levi’s ha conectado a Facebook su sitio web. Para que cuando vayas a comprar unos pantalones, lo comentes a tus amigos. Y que un candidato presidencial de Colombia tiene ya más de 470.000 seguidores en su Fan Page. Lo cual es casi tanto como tener permanente reunidas en un mitin a cerca del 7% de los votantes que necesita para ganar las elecciones, o al 80% de los usuarios de Facebook en Colombia, que son un 150% que los lectores de prensa diaria.

Una buena amiga tiene un pequeño negocio de hostelería cuya Fan Page es seguida por cerca de 1.200 personas. Le dedica un par de horas a la semana. Antes de Facebook, no habría podido comunicarse con tantos clientes con esa frecuencia a tan bajo coste. De acuerdo con un informe divulgado a comienzos de este año por E-marketer, la creación de aplicaciones en Facebook es la herramienta más eficaz para generar relaciones con los clientes que tienen las empresas de consumo masivo cuando incorporan las redes sociales a sus estrategias de marketing.

Pero apenas estamos en el inicio de esta historia. Facebook es la plaza. La plaza está creada. Pero todavía se están edificando los alrededores. Lo está haciendo la gente. Para un mundo que ya nunca volverá a ser el mismo.

La imagen que ilustra este post fue tomada de http://www.flickr.com/photos/fbouly/3568409530/

martes, 9 de marzo de 2010

Entendiendo la Comunicación y el Marketing On Line

37 diapositivas para la nueva forma en la que las organizaciones -empresas, asociaciones,...- pueden comunicar y relacionarse a través de la Internet. Marketing on line, Comunicación, Business Intellingence... Un repaso a las claves.

lunes, 1 de febrero de 2010

Facebook y el marketing



Así que sucede que más de 300 millones de personas usan Facebook. Y que, según datos difundidos por la propia red social, se pasan más de 8.000 millones de minutos al día en sus páginas. Para el caso de países como Colombia, los datos resultan más que dicientes: Facebook tiene un 50% más de audiencia que todos periódicos impresos del país juntos.
Esto debería tener sus consecuencias en la manera en la que las organizaciones se relacionan con las personas, claro. Pero no está sucediendo.

Los mensajes enviados a través de los medios de comunicación de masas son cada vez más irrelevantes. Porque ahora ya sabemos que no tenemos que ser un número más en la masa. Como cosumidores queremos que nos informen de lo que nos interesa -ofertas comerciales incluidas-, queremos disentir cuando nos parezca que tenemos derecho. Y queremos que nos escuchen y nos respondan. La masa es un concepto antiguo que cada vez pierde más vigencia.

Facebook y otras redes sociales son el paradigma relacional del momento actual de evolución de la Sociedad de la Información. Y esto debe tener sus consecuencias para el marketing. Aún no es así.

Sucede que la gran mayoría de las organizaciones se entregan con pasión a la construcción y gestión de una página en Facebook para hacer en ella lo mismo que hacían a través de los soportes del mundo analógico: difundir información sobre sí mismas, sobre sus nuevos planes, proyectos y productos. Y dejan de lado las posibilidades conversacionales y de interacción que ofrece Facebook. Olvidan que si alguien se ha hecho seguidor de su página, es porque le interesa interactuar, participar en conversaciones que les aporten algo, no recibir información comercial no muy diferente a la que tradicionalmente habían recibido en sus buzones.

Por eso me ha reconfortado ver el vídeo que hay sobre estas líneas y que describe en minuto y medio una campaña de Ikea en Suecia. Es un buen ejemplo. Como antes lo había sido, por cierto, la campaña electoral de Obama en 2008.


miércoles, 28 de octubre de 2009

Comentarios negativos en las webs

Erik Qualman, auror de Socialnomics, es uno de los más ilustres miembros de la enorme tribu de quienes defienden la importancia de los comentarios negativos en las páginas web de las organizaciones. Entre los motivos que emplea para argumentar su postura están la información que aportan esos comentarios o el camino que abren para entablar conversaciones.

Uno recorre las webs de las principales empresas de cualquier país y no encuentra posibilidades para establecer conversaciones abiertas. Me pregunto cuánto tardará en suceder. Y ya no es porque Google Sidewiki pueda suponer el fin de este debate: al fin y al cabo, ya podemos hacer comentarios en cualquier web. Google Sidewiki podría fracasar. Pero el cambio cultural está en marcha. La gente quiere poder hablar, quiere respuestas, y quiere que sus comentarios puedan ser complementados, o rebatidos, por otras personas.

En un interesante post sobre este asunto, Qualmanm recuerda los tiempos en los que las empresas celebraban la recepción de una carta, así fuese una carta crítica: mostraba interés por la actividad de la empresa. Yo también recuerdo esos tiempos. Y creo que un día recordaré el tiempo en el que escribí este post. Este tiempo en el que la mayoría de las organizaciones se resistían a entender que en los tiempos de la Gran Conversación, quien no dialoga, pierde.

miércoles, 7 de octubre de 2009

El video 'on line' vende más

El número de clientes que ven los vídeos de las tiendas 'on line' antes de efectuar una compra se ha incrementado en un 40% en 2009. Lo cuenta Adobe en un informe titulado "Video. How it's changing online shopping". Se trata de un documento elaborado para promocionar uno de sus productos, pero vuelve sobre datos de comScore acerca del auge del vídeo en Internet. Algunos de esos datos ya habían sido publicados en este blog. Hay ciertas estadísticas de una contundencia espectacular: 26 millones de alemanes vieron 119 horas de vídeos en la Red en el mes de agosto de 2008.

De acuerdo con los datos del informe de Adobe, el fenómeno de la incorporación de los vídeos a las tiendas en la Red es imparable. Porque los establecimientos de e-commerce que ya han incorporado vídeos aseguran que los resultados que han obtenido son más que satisfactorios. Y porque los consumidores estamos cada vez más familiarizados con el formato vídeo. Máxime ahora que el término ROPO -busca en la Red, compra en la calle- comienza a popularizarse. EL PAÍS se refiere hoy mismo a la importancia comercial adquirida por el ROPO.

Las posibilidades del lenguaje audiovisual para presentar productos o servicios son especialmente atractivas. ¿Alguien duda del futuro del vídeo en la Red?


(La imagen que acompaña a este post fue tomada de http://www.reelseo.com/)

domingo, 4 de octubre de 2009

Decisión de compra: de Internet a la calle

Research Online Buy Offline

El nombre del concepto es feísimo: ROBO. Son las siglas correspondientes a una expresión en inglés: Research On Line, Buy Off Line (traduzco muy libremente: Investigas en Internet, Compras en la calle). Hay quien le llama ROPO, empleando la palabra "purchase" en el sitio de la palabra "buy". Y me parece más adecuado. Creo que la generación de este concepto, y su desarrollo, están más que justificados.

Porque cada vez somos más los que tenemos ese comportamiento como clientes. y no debe ser algo que pase inadvertido a los marketinianos.

Sobre estas líneas hay un informe realizado por Yahoo y ComScore sobre el tema en 2007. El estudio asegura que el 89% de los consumidores que compran productos "clave" en grandes cadenas de distribución se informan antes a través de la Red. Hay más: según la European Interactive Advertising Association, el 40% de los europeos y europeas cambian su decisión de comprar después de informarse en la Red. No creo que nadie se sorprenda por estos datos. Pero tampoco estoy muy seguro que esta función de Internet como espacio para la prescripción de un producto o servicio esté siendo tomada suficientemente serio en la planificación de marketing de las empresas. Y no se trata de un asunto menor.