martes, 3 de marzo de 2009

El equipo de Obama se enmaraña en la Red

"Un experimento en desarrollo". Con estas palabras se refiere el director de Nuevos Medios de la Casa Blanca, Macon Phillips, a la página web WhiteHouse.gov. Porque, ya se sabe, quieren hacer de ella un verdadero canal de participación ciudadana. Un ejemplo: el propio Phillips aseguró en el primer post del nuevo blog de WhiteHouse.gov que los proyectos legislativos que no tuviesen carácter urgente podrían ser debatidos por los ciudadanos, a través de la Red, desde cinco días antes de la fecha prevista para la firma. No ha podido ser así. Un buen reportaje de The Washington Post explica por qué. La información detalla las dificultades que el equipo del presidente de Estados Unidos se está encontrando para llevar a la práctica sus tesis sobre transparencia y participación ciudadana a través de Internet. (Podéis leer el reportaje en castellano, con la imperfecta traducción de Google Translator, aquí).

No se trata de la noticia que todos nos esperábamos. El entusiasmo generado por Obama hacía pensar que a estas alturas estaríamos asistiendo a más innovación, más transparencia y más comunicación. Pero tampoco es para echarse las manos a la cabeza. Los cambios que promueven Obama&Cía en este terrano requieren una base tecnológica y unas adaptaciones en la organización del trabajo que no se logran de la noche a la mañana. E incluso el desarrollo de nuevas maneras de contar: durante el debate sobre la iniciativa de estímulo económico promovida por Barack Obama, las más de 1.000 páginas en las que se explicaba la propuesta fueron colgadas en Whitehouse.gov. Y la acción no dio lugar a grandes resultados. Más de 1.000 páginas son muchas páginas, demasiadas para alentar el debate ciudadano.

Afortunadamente, tras leer el reportaje de The Washington Post, a uno le queda la sensación de que los problemas que afrontan los chicos de la Casa Blanca en este asunto son menos importantes que las ganas que tienen de resolverlos. La lectura deja también un aprendizaje: más allá de las herramientas que una organización utilice para la comunicación 'on line', cumplir con los objetivos planteados depende, en buena medida, de los recursos tecnológicos y de la adaptación de sus procesos de trabajo a los nuevos canales de comunicación. Volvamos al ejemplo de los proyectos legislativos del nuevo Gobierno estadounidense: no basta con querer someter la información a discusión pública antes de su firma; no es algo que pueda ser contemplado como una acción publicitaria más; hay que asumirlo como parte del proceso de desarrollo del texto legal. No es una cuestión de formas. Es una cuestión de fondo. Y de ella deben aprender organizaciones y colectivos del mundo entero.

3 comentarios:

Adycto dijo...

cambios como estos son difíciles de aplicar, y mucho más dentro de un entramado tan complejo como debe de ser la administración norteamericana. Que me dices del cambio del cambio? Que desastre más grande!!!

davidalvarino dijo...

Este artículo junto con dos anteriores que ahondaban en el mismo tema ("Por una democracia realmente participativa" y "De Obama a la generación colectiva de ideas"), me dejan estas sensaciones:
- Me resulta complicado pensar en el ingente equipo humano que sería preciso para leer las aportaciones, sugerencias, comentarios, modificaciones, y demás partipaciones a tener en cuenta para la ya complicada labor de elaborar cualquier texto legislativo. Podría ocurrir que la logística que sería preciso montar para la lectura de tal cantidad de posts, su discriminación y posterior adhesión al texto retrasaría en exceso su génesis o lo haría ineficiente por sus excesivos costes de producción.
- Ahora bien, si para participar en la construcción de los pilares de la sociedad hay que leerse mil páginas de un informe, me da la sensación de que de una democracia más participativa se pasa a la búrbuja de un falso asamblearismo 2.0.
- Un apunte más: sí que esta nueva forma de hacer participar a la sociedad en su propia construcción, puede ser un buen saco generador de ideas de la que la oligarquía legisladora podría extraer alguna útil. Eso sí, adaptándola a la coyuntura del momento.Por ejemplo, en uno de los artículos publicados en blogdenet se hacía referencia a que una de las peticiones más votadas era la legalización de la marihuana. Hoy sale publicado que un senador americano ha propuesto legalizar la venta y producción de marihuana en el estado de California por los altos beneficios que generarían vía impositiva (todo vale para tapar el agujero de las subprime).

Pancho R. Tristán dijo...

Hola. Adycto: pocas veces entendí tanto un resultado electoral como el del cambio del cambio. Con respecto a lo que vaya a pasar a partir de ahora, me entrego a la inocencia: ojalá que nos sorprendan. No quiero amargarme por anticipado.
David: gracias por pasarte por Blogdenet. Yo insisto en que hay que generar canales de participación propios del siglo XXI. Y está claro que uno de los retos que hay por delante está en cómo ordenar la información. Pero creo que la solución es sencilla. Idea urgente: que decidan los internautas y que las iniciativas que consigan sobrepasar un cierto umbral de apoyo pasen a ser tenidas en cuenta. En fin: que la legitimación no corresponda a la administración sino a los administradores. Es cierto que resulta complicado desde nuestra perspectiva. Pero imagino que si en la Edad Media planteas canales de participación como los de la democracia tradicional, te dirían que un Estado así es inviable, ¿no crees?
Apertas pontevedresas.