Propone @owyang la idea de que, en un futuro no lejano, las agencias de marketing y relaciones públicas dejen de trabajar para las empresas y comiencen a trabajar para los clientes. Parte del concepto de Vendor Relationship Management (VRM), esa idea de Doc Searls y algunos de los que redactaron con él el Cluetrain Manifiesto. VRM: al igual que las empresas gestionan su oferta en base a la información que obtienen de los clientes con herramientas de CRM, el desarrollo del VRM permitiría que fuesen los clientes los que decidiesen a quién le compran qué.
Owyang va más allá. Se plantea qué harían las empresas de marketing y relaciones públicas, las que ahora introducen los productos en el mercado, si las herramientas de VRM se popularizasen. Y propone que esas mismas firmas que hasta ahora trabajaban para los vendedores pasen a trabajar para los compradores.
Las implicaciones de todo esto van mucho más allá del mercado. Suponen un nuevo orden de las cosas. Y una fabulosa palanca para la innovación.
En estos primeros años de la Era de la Información hemos aprendido que el trabajo colaborativo genera desarrollo, que cuantas más personas trabajen de manera coordinada en los mismo, mejor será el resultado final de su trabajo. Imaginemos a miles de clientes proponiendo cómo quieren que sea un producto determinado. Ese torrente de ideas permitiría a los productores innovar mucho más rápidamente. Y de una manera mucho más acorde con las necesidades de las personas. Además, el control en las relaciones comerciales volvería definitivamente a los clientes. Una gran idea. ¿O no?
Owyang va más allá. Se plantea qué harían las empresas de marketing y relaciones públicas, las que ahora introducen los productos en el mercado, si las herramientas de VRM se popularizasen. Y propone que esas mismas firmas que hasta ahora trabajaban para los vendedores pasen a trabajar para los compradores.
Las implicaciones de todo esto van mucho más allá del mercado. Suponen un nuevo orden de las cosas. Y una fabulosa palanca para la innovación.
En estos primeros años de la Era de la Información hemos aprendido que el trabajo colaborativo genera desarrollo, que cuantas más personas trabajen de manera coordinada en los mismo, mejor será el resultado final de su trabajo. Imaginemos a miles de clientes proponiendo cómo quieren que sea un producto determinado. Ese torrente de ideas permitiría a los productores innovar mucho más rápidamente. Y de una manera mucho más acorde con las necesidades de las personas. Además, el control en las relaciones comerciales volvería definitivamente a los clientes. Una gran idea. ¿O no?
1 comentario:
Creo que muchos mitos y creencias estan cayendo en estos años. Y otros resurgen, cómo la famosa "el cliente siempre tiene la razón".
Aparte fijate que coincidencia que hace pocos días publique un post llamado El cliente finalmente tiene la razón. En el que cuento con ejemplos cómo los consumidores ganan fuerza a través de las nuevas herramientas informáticas.
Creo que eso indica que estas no son teorías de conspiración en contra de las empresas, sino una realidad.
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