viernes, 16 de enero de 2009

Por una democracia realmente participativa

Durante los últimos días, se han multiplicado las visitas a uno de los primeros posts escritos en BLOGdeNET, titulado "Aquí nació la teledemocracia". El post fue escrito cuando esta bitácora era poco más que un compromiso académico que debía concitar la mayor atención posible entre mis compañeros de estudios en la UOC. Y daba cuenta de algunas de las iniciativas puestas en marcha por el Ayuntamiento de Jun (Granada, España) para generar una teledemocracia activa.

El 7 de enero, una persona vinculada a la oposición política en Jun hizo un comentario sobre el post que dio origen a un diálogo en el que participó el propio alcalde de Jun y que a estas horas acumula 34 comentarios.

Traigo el tema de nuevo a la página principal del blog porque me parece especialmente saludable que en Jun -o en cualquier otro sitio- se debata sobre este asunto. Creo que hay pocos temas tan importantes para la discusión política actual como la relación entre las TICs y la calidad de la democracia. Vuelvo sobre lo expresado en anteriores posts: los mecanismos de participación social en los que se fundamentan las naciones-estado modernas fueron diseñados hace cientos de años. Experiencias como el Citizen's Briefieng Book de Barack Obama señalan uno de los caminos a seguir. Los ciudadanos y ciudadanas y los partidos políticos deberían comenzar a preocuparse seriamente por renovar los mecanismos de participación en base a las TICs.

Se trata de un proceso muy complejo que va mucho más allá de la posibilidad de hacer comentarios en este foro o en cualquier otro. Se trata de que las administraciones públicas cuenten con sistemas que permitan participar a los ciudadanos, de forma organizada y en base a mecanismos de ponderación, en la generación de políticas y en la toma de decisiones.


En los últimos siglos, los ciudadanos de las naciones occidentales han tenido cada vez más acceso a la información. Y más peso en las decisiones. Y eso ha generado un mayor desarrollo y una mayor igualdad. ¿Por qué tener miedo a seguir avanzando? Y, sobre todo, ¿cómo hacerlo?

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