Ahora que el término Generación Y se había instalado en la jerga de sociológos, gurús del marketing, y hasta en este blog, Trendwatching.com introduce en el diálogo global el término Generación G. Le dedica su boletín de febrero sobre tendencias. (Una nota sobre Trendwatching.com, para quien no lo conozca: se trata de un observatorio mundial de tendencias; en su web aseguran que su newsletter mensual lo reciben más de 160.000 personas en 20 países)
Según Trendwatching, a la idiosincrasia de la Generación G le estaría dando el empujón definitivo la crisis económica mundial. Y tres serían los rasgos principales de esta generación incipiente: creen que el sistema económico actual ha dado lugar a una codicia que rechazan, quieren un Estado que los proteja en mayor medida, y entiende que la colaboración es la base de su éxito.
No sé si el término Generación G terminará en el cuarto oscuro de las acepciones fallidas para los futuros múltiples o si dentro de unos meses estará en boca de todos. Sé -sabemos todos- que la organización política y económica surgida tras la revolución industrial toca a su fin. La actual crisis es el último episodio del fin de un modelo económico y político, otro más de los que se han ido sucediendo en la historia de la humanidad. El economista y escritor José Luis Sampedro afirma hoy en PÚBLICO: "Digo que el capitalismo en su momento fue naciente, pero ahora es insostenible. La mejor definición de su decadencia la dio Bush. Dijo: 'He suspendido las reglas del mercado para salvar al mercado'. Es decir, el mercado es incompatible con sus propias reglas".
La Generación G estaría apareciendo en este escenario. Habrá que seguirle la pista. No tanto a la acepción como a la realidad que describe. Porque retrata algo importante del mundo en el que vivimos. Y en el que viviremos.
(La imagen que ilustra este post la tomé de la web Planta29).
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